viernes, 14 de junio de 2013

Recuerdos



Esta es la carta que escribí a mi abuela. Varios día son lo que he pensado colgarla aquí y a final me he decidido ya que puede ayudar a otras personas.


Son muchos los recuerdos que tengo de “Canga”, o para mis primos: “Telle” , y a pesar de ello, no llego a estar contando anécdotas de ella más de un día. Canga no era una persona fácil de tratar, que se lo digan a Angelines y a Rosa-mari, sus hermanas, que han estado cuidando de ellas sus últimos años. Pero a pesar de no ser fácil en el trato diario, tenía unas virtudes que hacían que fuera querida allí por donde pisaba. Su mirada desprendía fuerza y vitalidad hasta el último día que la vi. Quizá fuera su mayor don, el no dar nada por perdido, el luchar día a día por las cosas que quería, incluso cuando desesperaba con su cabezonería, pero cuando ponía esa mirada de picara, nadie excepto mi tía Angelines podía decirla nada.

A pesar de no llegar a dos días de recuerdos, no son pocos los que nos ha dejado. Mi recuerdo más bonito, es que cada tarde, después del colegio, todos los primos nos reuníamos en su casa con la ilusión de jugar al bingo, ver los dibujos o las películas de “Sisí Emperatriz”.

Crecimos, y la vida sigue para nosotros y también para ella. Porque no se nos olvidará lo mucho que nos quería; ella genio y figura que nunca dejo que la llamásemos abuela.

No se nos olvidará su enorme caridad, ayudando al gran proyecto de su querida Beata Teresa de Calcuta, y sobre todo no se nos olvidará su sonrisa cada vez que cruzábamos el pasillo de su casa para disfrutar todas las tardes de mi niñez con mis queridos primos.

Gracias por los valores y el cariño que hemos recibido de ti, “Canga”, “Telle” o lo que siempre fuiste para nosotros ABUELA.

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