lunes, 27 de mayo de 2013

Vivir

Es lo más normal. Hay una cosa que es cierta y que no se puede cambiar. Todo lo que tiene vida, acaba muriendose. Pensamos que ese momento no va a llegar nunca, que no va a ocurrir o que ya ocurrirá dentro de muchos años. Pero esos años van pasando, cada vez más rápidos y cuando te quieres dar cuenta... ha pasado. Pensamos en todo aquellos momentos en lo que quizá teníamos que haber disfrutado más o simplemente haber compartido un poco de nuestro tiempo. Multitud de preguntas entran en nuestra cabeza, y siempre la respuesta es la misma. VIVIR.

Quizá sea muy avaricioso por nuestra parte, pero la vida hay que disfrutarla sin importarnos lo que pueda pasar, aceptando las circunstancias que nos marca la vida con la mejor de las sonrisas y con entereza.

No es que la muerte no duela, pero hasta que ese momento llegue a alguno de nuestros seres queridos, deberíamos intentar vivir la vida, sin pensar en el tiempo, disfrutar del presente como los niños lo disfrutan. No es fácil; la carcasa que se crea es dura pero nuestro corazón no debe de tener miedo, debe de aceptar los que pasa a nuestro alrededor, disfrutar y vivir.

Para las grandes personas hay reservado lugares enormes. Uno de ellos son los corazones de las personas que te han querido. Por eso creo en la eternidad y en la resurrección, porque esas historias vividas, serán contadas a nuestro hijos, sobrinos etc. ya sea en papel, de boca en boca, o en un simple blog.

jueves, 9 de mayo de 2013

Falsa soledad

Cuando el alma es invadida por la soledad no sabe que dirección lleva. El corazón late sin ninguna razón, y tan solo es sentido por el cuerpo de cada uno. La soledad, a pesar del ruido y la rutina permanece a nuestro lado. Inseparable día tras día. Una búsqueda incansable de un aliento que de sentido a una vida llena de deseos e ilusiones que parece que no da con la tecla exacta.

 Sin embargo, un escalofrío, cambia por completo esa soledad. Era una soledad ficticia, irreal, fantástica, ilusoria, inventada. El corazón se abre en el momento que más agonizaba para darse cuenta de que ha hecho sentir en otros corazones. Se siente orgulloso por haber servido, haber sido útil, y el haber conseguido dejar una semilla de ilusión y cariño. La ilusión y la satisfacción de que puedes aportar y servir a los demás.

martes, 7 de mayo de 2013

¿Donde se quedó el para siempre?

Aquellas amistades que desaparecieron paulatinamente; unas por olvido, otras porque no dejaron rastro. Empiezan a ser muchos los años. Esas amistades tenían intenciones de ser eternas. El tiempo pasa. Dicen que el tiempo, lo cura todo, y que todos nuestros recuerdos se desvanecen progresivamente y sin darnos cuenta, nos olvidamos de todo. Es ley de vida. Desapareció aquella inocencia de la amistad. Ya solo queda el recuerdo de aquellos que fuimos, arrepentidos de algunos actos, orgullosos de otros. Antes contaba los amigos y no tenia dedos para contar, ahora, me sobran más de la mitad.