Prácticamente casi todo lo que hacemos en nuestras vidas debería ser considerado plagio o copia ya sea por imitación, el hecho de aprender a hablar, a andar, incluso a reírnos. Vemos a la gente de nuestro alrededor y después lo copiamos sin darnos cuenta. Imitamos a las personas para finalmente conseguir ser lo que somos. Tener nuestra propia identidad.
Los cantantes, los cómicos... son los primeros en buscar a un artista referencia que les guíe, para finalmente, crear su propia imagen. Identificarse con la gente es un proceso para que el día de mañana dejes de imitar a los demás, buscar nuevas maneras de ser original, y ahí, empezar a ser tú.
El ser original no quiere decir que tengas que crear algo nuevo, todo esta inventado, ser original es ofrecer algo peculiar y honrado sumado a lo que ya tienes. El alumno llega a superar al maestro cuando este encuentra su propio estilo.
Cada persona imita lo que le gustaría ser. Los grandes artistas se copiaban entre ellos hasta que se hartaban y empezaban a crear sus propias obras porque tenían confianza en ellos mismos. Ya no necesitan estilos y hasta crean sus propias vanguardias sin importar cual es el resultado final. Es ahí cuando el artista llega a su punto álgido, cuando crea su propio estilo, cuando es verdaderamente él.
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